VENERACIÓN DE LA IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIASU IMAGEN NOS ACOMPAÑELa misión de la Santa María Faustina Kowalska comenzó en 1931 cuando el Salvador Misericordioso se le apareció en una visión característica. En efecto vio a Jesús cubierto con una vestidura blanca. Tenía la mano derecha levantada en actitud de bendecir mientras la izquierda descansaba sobre el pecho, allí donde la túnica ligeramente abierta dejaba escapar dos grandes rayos, uno rojo y otro blanco. La religiosa fijó en silencio su mirada estupefacta en el Señor; su alma, primero atemorizada, iba pasando progresivamente a un sentimiento exultante de felicidad. Jesús le dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, con la inscripción abajo "¡Jesús, en TÍ Confío"!. Deseo que este cuadro sea venerado primero en vuestra capilla y después en el mundo entero (D. 47). Oh Amor Eterno, ordenas pintar tu Santa Imagen. Y nos revelas la fuente inconcebible de la Misericordia. Tú bendices a quien se acerca a tus rayos, Oh dulce Jesús, has erigido aquí el trono de tu Misericordia. Brota sin cesar del corazón de los hombres Dios mío Si miro hacia el futuro, me embarga el miedo, El tiempo pasado no está en mi poder. Oh momento presente! Tú me perteneces completamente. Por esto confiando en tu Misericordia, "Prometo que el alma que venere esta Imagen no perecerá. Le prometo además la victoria sobre sus enemigos ya desde este mundo, pero especialmente en la hora de la muerte. Yo mismo defenderé como a mi propia Gloria" (D. 48). A continuación, Jesús completará sus propias explicaciones. Digna de atención, es la siguiente: "Ofrezco a los hombres el recipiente con el cual vengan a obtener gracias en la fuente de Misericordia. El recipiente es precisamente esta Imagen con su inscripción: "¡Jesús, en Tí confío!" (D. 327). A petición de su director espiritual, la Santa María Faustina pregunto al Señor cuál era el significado de los dos rayos que tanto se destacaban en la imagen. He aquí la respuesta: "Los dos rayos representan la Sangre y el Agua. El rayo claro representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo representa la Sangre que es vida de las almas. Los dos rayos salieron de las entrañas de mi Misericordia, cuando, sobre la cruz, mi Corazón sumido en la muerte fue abierto por la lanza. Estos rayos defienden a las almas contra la ira de mi Padre, Bienaventurado aquel que viva al amparo de ellos, porque no le alcanzará la mano de la justicia divina" (D. 299). En otras ocasiones, Jesús volvió a hablar de la Imagen. Recojamos aquí algunas de sus palabras al respecto: "Mi mirada desde esta Imagen es igual a mi mirada desde la cruz... (D. 326). Por medio de esta Imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de ser un recuerdo de las exigencias de mi Misericordia, porque la fe, aun si muy fuerte, para nada servirá sin las obras" (D. 742). Los cuadros dedicados a la Divina Misericordia en la persona del Salvador son hoy numerosos, pero no todos igualmente bien pintados, incluso alguno que otro es francamente feo. A este respecto, la Santa María Faustina ya había recibido de Jesús esta aclamación: "El valor de esa Imagen no está ni en la belleza del color, ni en la habilidad del artista, sino en mi gracia" (D.313). |
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