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LA CORONILLA

RECEMOS SU CORONILLA

rosary

El día 13 de setiembre de 1935 la Santa María Faustína escribió; "Vi a un Angel que era el ejecutor de la ira de Dios...". Sus oraciones se mostraron pronto impotentes para impedir un terrible castigo ya inminente. Entonces la Santa, frente a una repentina manifestación de la Santísima Trinidad, se puso a orar a Dios con profundo recogimiento en favor del mundo. Su oración respondía a las palabras que eran sugeridas interiormente:

"Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Señor Nuestro Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y de los del mundo entero,

Por su dolorosa pasión, ten misericordia nosotros y del mundo entero" (D- 474).

La divinidad que aquí ofrecemos al Padre es la divinidad del Hombre-Dios, es el hecho inaudito de que "el Padre tanto amó al mundo que le dio a propio Hijo" Juan 3. 16)

Mientras la Santa iba repitiendo la oración que fuera misteriosamente inspirada, el Ángel se mostraba impotente para ejecutar el castigo para el cual habia sido enviado.

Al día siguiente, en el momento de entrar en la capilla, la hermana fue instruida por una voz interior que le pedía que cada vez que hiciera una visita al Santísimo Sacramento recitara la oración que había oído el día anterior. Esto explica el contenido tan claramente Eucarístico de aquellas invocaciones, que evocan directamente los catecismos inspirados en el Concilio de Trento en lo concerniente a la definición de la Eucaristía.

Finalmente, la Santa María Faustina tuvo una nueva inspiración respecto a la oración a que nos estamos refiriendo. Se le indicó, en efecto, emplear las mismas palabras en forma de una Coronilla para recitarla con las cuentas de nuestros rosarios comunes.

El Señor no se limitó a ésto, sino que hizo a la Santa estas espléndidas promesas:

"Hija mía, incita a las almas a que reciten la Coronilla que te he enseñado. A los que me invoquen de esta manera, les daré todo lo que me pidan. Si la rezan los pecadores, llenaré sus almas con la paz del perdón y haré que su muerte sea feliz" (D, 1541).

"Escribe que cuando esta Coronilla sea rezada al lado de un moribundo, me pondré Yo mismo entre aquella alma y el Padre, no como Justo Juez sino como Salvador misericordioso. Mi infinita Misericordia la abrazará y ella se salvará en consideración a mi dolorosa pasión" (D. 1541).

"Escribe también esto para las almas afligidas: Cuando el alma vea y reconozca la gravedad de sus propios pecados, cuando se le descubra todo el abismo de miseria en el que se ha precipitado no desespere, sino échese con confianza en los brazos de mi Misericordia como un niño en los brazos de su madre amada. Estas almas poseen un derecho de preferencia sobre mi Corazón miserícordioso. Anuncia que ningún alma que haya invocado mi Misericordia ha quedada decepcionada. Tengo una especial predilección por toda alma que confía en mi pura bondad" (D. 1541).

La Coronilla de la Divina Misericordia puede reemplazar a la Novena. Leemos en efecto:

El Señor me dijo: "Recita esta Coronilla durante los nueve días anteriores a la Fiesta de la Divina Misericordia, comenzando el Viernes Santo".

El también me dijo:

"En dicha Novena concederé a las almas toda clase de gracias" (D. 795).

Además, Jesús anima a los hombres a hacer Novenas en cualquier tiempo y por cualquier necesidad, empleando como oración esta misma Coronilla. Dice así:

"Concederé gracias sin número, porque esta Coronilla conmueve lo más intimo de mi misericordia. Cuando la reces, acércame toda la humanidad. Las almas que me pidan de esta manera, estarán como envueltas de mi misericordia durante toda su vida y en modo especial en el momento de la muerte.. Que los sacerdotes la recomienden a los que viven en pecado, como una última tabla de salvación. Aun el pecador más endurecido, que recite esta Coronilla, aunque sea una sola vez, recibirá la gracia de mi Misericordia Infinita" (D. 687).

En el caso de un moribundo, Jesús dice explícitamente que concederá las mismas gracias a su favor tanto cuando el rece el mismo enfermo como cuando la recen por él los presentes.

La grandeza de las promesas no sorprende. Esta Coronilla tiene un estilo extremadanamente sencillo y esencial. Se refiere únicamente a la persona del Salvador y a su pasión. Su eficacia está evidentemente en el hecho de que nos dirigimos a Dios en el nombre de nuestra Redención. "El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará unidas con El todas las cosas?" (Rom. 8,32}

COMO SE REZA LA CORONILLA

El Señor dijo a la Santa María Faustina:

He aquí cómo rezarás la Coronilla de mi Misericordia. Comenzarás recitando un Padrenuestro un Avemaría y el Credo.

Después, empleando un rosario común en las cuentas del Padrenuestro se rezan las siguientes palabras:

Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo
en expiación de nuestros pecados
y de los del mundo entero.

En las cuentas del Avemaría, reza las siguientes palabras:

Por su dolorosa pasión
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.

Al terminar dirás tres veces estas palabras:

¡Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros
y del mundo entero!

Al final de la Coronilla rezarás la siguiente jaculatoria:

"Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de
Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros,
en Ti confío"

 

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