Simple Flash Slideshow by cu3ox.com v1.7
Inicio    

 

ABANDONO EN LA DIVINA MISERICORDIA

CONFIAR ES LO PRINCIPAL

abandono misericordia

El elemento más importante y fundamental de esta devoción, que debe ser la base de cualquier otra, es la completa confianza en Jesús. El Señor insiste en estos clarísimos términos que la Santa María Faustina anota fielmente en su diario:

"Nadie será justificado si no se dirige con confianza a mi Misericordia" (D. 570).

"Que los pecadores más grandes pongan su confianza en mi Misericordia; ellos más que otros tienen derecho a confiar en ella.

Hija mía, escribe acerca de mi Misericordia para las almas que sufren.

Me dan una gran ¡alegría las almas que recurren a mi Misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de sus deseos. No puedo castigar, ni al pecador mas grande, si recurre a mi compasión, más bien lo justifico en nombre de mi insondable e impenetrable Misericordia".

Escribe: "Antes de que Yo venga como Justo Juez, abro de par en par las puertas de mi Miserícordia".

"Quién no quiera pasar a través de la puerta de la Misericordia, debe pasar a través de la puerta de mi Justicia" (D. 1146).

"Sólo con un recipiente se alcanzan las gracias de mi Misericordia, y este recipiente es la confianza. Cuanto más un alma confíe, tanto más recibirá.

"Las almas que confían ilimitadamente son de gran consuelo para Mí y en estas almas vierto todos los tesoros de mis gracias. Estoy contento cuando me piden mucho, ya que mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me entristece, en cambio, si las almas piden poco, reprimiendo los deseos de sus corazones". (D. 1578)

"Yo mismo me hago dependiente de tu confianza en Mí: sí tu confianza es grande, entonces mi generosidad no tendrá límites, Tu empeño debe ser la total confianza en mi bondad; el mío, darte todo lo que necesitas". (D. 54).

Si el mundo católico puede parecer más bien reservado respecto a la infinita Misericordia, se debe a errores que se fueron difundiendo en cuanto a nuestra confianza en Dios.

Es evidente que existe el peligro de abusar de la idea de una misericordia Infinita, aun cuando, precisamente porque se trata de Misericordia, parece menos lejana de Dios una confianza exagerada que una rebelión desesperada. Encontramos realmente convincente lo que dice Jesús a la Santa María Faustina:

"¡Cuán dolorosamente me hiere aquél que no cree en mi bondad! Son los pecados de desconfianza los que más me afligen" (D. 1076).

Se diría que palabras como éstas tiene efectivamente en cuenta nuestro mundo moderno, donde es menos de temer la presunción y mucho más -está llena de esto la literatura- el rencor hacia una divinidad a la que se considera distante e inexorable hasta el punto que muchos se atreven a negar su existencia, Ahondando los abismos de semejante negación el hombre de hoy puede llegar a bloquear los torrentes de la Divina Misericordia. Y precisamente esto es lo que hace tan actual el mensaje dirigido por el Salvador a la Santa María Faustina.

No hay lugar para la presunción, y aún menos para la desesperación, en aquél que "cree en la Misericordia" (1 Jn 4,16),

La idea de esta divina perfección viene a quitar la desesperación devolviendo la plena confianza y liberar de la presunción volviendo al hombre a la humildad. Para quien quiera reflexionar, he aquí el sentido que se debe dar a las palabras del Redentor que leemos con nueva alegría y con asombro, en las páginas escritas por la Santa María Faustina:

"Exhorta a todas las almas a la confianza en el inescrutable abismo de mi Misericordia. Su fuente ha sido abierta de par en par por la lanza en la cruz para todas las almas, no he excluido a ninguna. Escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma, tanto más grande es su derecho a mi Misericordia" (D. 1182).

"Por encima de toda obra de mis manos está establecida la Misericordia. Quien en ella confía no perecerá, porque todo lo que le atañe, es como si me atañera a Mí y sus enemigos serán quebrantados bajo mis pies" (D. 723).

Abrí mi Corazón como fuente de Misericordia. Que todas las almas vengan con confianza a este océano de misericordia, los pecadores alcanzarán allí la justificación y los justos serán confirmados en su justicia. Quien haya depositado su confianza en mi Misericordia, tendrá el alma llena de Paz Divina en la hora de su muerte". (D. 1520).

"Deseo la confianza de mis criaturas. Alienta a las almas a una confianza inmensa en mi Misericordia sin límites. Que el alma débil, pecadora, no tenga miedo a acercárseme. Aun cuando tuviera más pecados que los granos de arena que hay sobre la tierra, todo desaparecerá en el abismo de mi Misericordia" (D. 1059).

"La falta de confianza de las almas me hiere profundamente. Todavía más me duele la desconfianza de las almas que Yo he escogido. A pesar de mi Amor jamás agotado, desconfían de Mí, no les basta ni siquiera mi muerte". (D. 50).

"Las almas que aspiran a la perfección debe adorar más que las demás mi Misericordia, deseo que ellas se distingan por la ilimitada confianza hacia Mí".

"Haz de saber, hija mía, que mi Corazón es la Misericordia misma. Desde este mar de Misericordia las gracias se derraman sobre el mundo entero.

Ningún alma que se haya acercado a Mí ha partido sin haber sido consolada. Cada miseria se hunde en mi Misericordia y de este manantial brota toda gracia salvadora y santificante".(D.742)

Y la Santa María Faustina continúa:

Todo por Ti, Jesús; con cada latido de mi Corazón deseo adorar tu Misericordia y, en la medida de mis posibilidades, deseo alentar a las almas a confianza en ella, como Tú mismo lo quieres de mí (D, 1234).

Todas las formas de devoción a la Divina Misericordia reveladas a la Santa María Faustina, si lo miramos bien, tienen sentido sólo en proporción nuestra confianza en Jesús, El es el protagonista de todo culto y de toda nuestra devoción. San Agustín escribe: "Tu misericordia, Dios mío, es tu Cristo".

 

Visitantes a esta página   Efficient stats